En la Residencia de Mayores “El Salvador” contamos con una dinámica de funcionamiento diferenciada en tres fases:
Es el tiempo que va desde la primera toma de contacto con los familiares o con la persona que quiere ingresar, formulando una solicitud, valorando las causas de ingreso, donde procuramos que visiten el centro. Aquí se le informa de la filosofía de la residencia con respecto a la necesaria participación en la vida diaria del
centro geriátrico, y por ende, de su familia.
Es cuando realmente el paciente viene a vivir al centro, se realiza un programa de acogida y apoyo, tanto al propio residente como a la familia. La adaptación se hace en un proceso temporalmente extenso e implica un ajuste a las nuevas situaciones que se presentan en los diferentes ámbitos vitales y en el que se ve inmersa la
persona mayor, su familia y el entorno que le rodea.
Es el momento en que el residente ya se va adaptando al centro y el equipo interdisciplinar realiza el programa individual que va a llevar a cabo con él. Por ello se le presta gran importancia, tiempo y dedicación para que el nuevo miembro se sienta como en su casa.
Nuestra residencia en su funcionamiento se rige por una participación de todos. Es un derecho fundamental de la persona que no debe verse debilitado por su ingreso. Para ello hay un buzón de sugerencias, además de la información que se obtiene de las entrevistas personales con los mismos, se fomenta el diálogo y que puedan plantear sus necesidades y opiniones.
